martes, 25 de septiembre de 2012

La lactancia de Violeta, una lactancia ideal.


Violeta nació cuando Jazmín tenía 19 meses. Puse todo mi empeño en conseguir un PVDC (parto vaginal después de cesárea). Por la SS te programan cesárea si los partos se distancian 18 meses o menos, así que estaba en el límite. Pero me dejaron, y lo conseguí. Tuve un parto buenísimo y una lactancia mejor aun.

En el embarazo de Violeta jamás vi una sola gota de calostro, tan convencida estaba yo de que sería como la primera vez. Conforme se acercaban las 40 semanas yo cada vez tenía más miedo a la lactancia, a pasar por lo mismo que con Jazmín. “Si me pasa igual que la otra vez, que sepas que yo paso, le doy biberón y me da igual lo que digáis todos” le decía a mi marido. Pero a la vez buscaba todas las alternativas posibles para que aquello no sucediera y pudiera dar de nuevo el pecho a mi hija. Un día, en la feria del Bebé, me encontré con un puesto en el que vendían AREOLAS DE CERA. Había escuchado hablar de ellas como MILAGROSAS, y me acerqué a que me informaran. Me las enseñaron y decidí comprarlas. Me las empecé a poner desde el séptimo mes de embarazo cuando notaba que los pezones me molestaban y eran tan cómodas que me olvidaba que las llevaba puestas. Los pezones se mantenían hidratados, suaves.

Cuando mi hija nació me la pusieron directamente encima, pero no en el pecho, sino en la barriga. La limpiaron un poco y la matrona me dijo “¿quieres ver algo increíble?” Y jamás se me olvidará: con apenas minutos de nacida Violeta comenzó a encorvarse, a empujar fuerte con las piernas y brazos (¡me sorprendía tanta fuerza!) y subió sola hasta mi pecho. Fue algo tan grande… ahí me di cuenta de lo sabia que es la naturaleza y de lo importante que es darle el pecho a nuestros hijos.

Con Violeta fue muy diferente. Se enganchó bien, pero se cansaba muy pronto y se dormía. El primer día de nacida apenas comió nada, se pasó el día durmiendo. El segundo día pasó y mamó 2 o 3 veces. Y al tercer día antes de darme el alta la pesaron y había perdido 300gr. Yo ya tenía la subida y nada de grietas ni enrojecimientos gracias a las aureolas de cera. Al llegar a casa Violeta espabiló un poco, pero su forma de mamar no era de olimpiada. Se enganchaba, se soltaba, se volvía a enganchar y a soltarse otra vez, tragaba aire, se atragantaba con la leche (que salía a chorro) y terminábamos las dos empapadas. A la semana de nacida ya había recuperado el peso perdido, pero seguía mamando muy mal, duraba 2 minutos en el pecho, pero a los 20 minutos ya estaba otra vez pidiendo. Además tenía reflujo, después de cada toma lo vomitaba todo, y para colmo tenía el ritmo del sueño cambiado, es decir que de noche no pegaba ojo y se dormía de 7 a 12 de la mañana del tirón. Además estuvo 6 semanas con lo que parecían cólicos, llorando de 8 de la tarde a 2 de la mañana, todos los días a la misma hora. Fueron 6 semanas muy duras y pasé mucho sueño. De noche Violeta mamaba cada hora, ella lo pedía. Durante el día yo no miraba el reloj. Cuando desaparecieron los cólicos (gracias al Colikind –homeopatía- y a masajitos en la barriga) y Violeta mejoró sus habilidades, por fin se estableció una preciosa lactancia a demanda.

Hoy tiene 6 meses, y la teta para ella es mucho más que alimento. A veces jugando la busca y yo se la ofrezco, y no quiere mamar, solo le da besitos, la acaricia con sus deditos, me sonríe… mi marido me envidia a muerte en esos momentos.

Esta vez no voy a buscar otro embarazo tan pronto, así que le daré el pecho más allá de los 10 meses…hasta que las dos lo decidamos.

Os pongo el enlace donde comprar las Areolas que son definitivamente MARAVILLOSAS:

http://www.abejadeoro.com/productos/cosmetica-natural/embarazadas/aerolas-mamarias-de-cera-mugroneres

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