viernes, 5 de octubre de 2012

¿Por qué dar el pecho? Primera parte: BENEFICIOS PARA MAMÁ.


Llegados a este punto quiero darle importancia a lo siguiente: a veces elegir entre leche materna o leche artificial no es fácil para la madre, puesto que cada una tiene sus propias circunstancias (desde problemas físicos, psicológicos, hasta simplemente una cuestión de opinión personal) y no siempre se consigue lo que la madre desea. Sin embargo, como aquí no queremos juzgar ninguna decisión, únicamente nos vamos a centrar en exponer cuáles son los beneficios REALES que nos proporciona la LM. 

Es importante recalcar que la leche materna es NATURAL, es decir, la genera nuestro propio cuerpo en respuesta a estímulos naturales, como son la actividad de ciertas hormonas generadas a través de la succión del bebé. Teniendo en cuenta que su función primordial es alimentar para sacar adelante a un bebé, es sabido que por supuesto tiene TODO aquello que éste llegara a necesitar, que además tiene un componente VIVO y cambiante que se ajusta a las necesidades del bebé y que, por lo tanto, es EL MEJOR ALIMENTO que podemos ofrecerle a nuestro hijo, SIN EXCEPCIÓN. 

[Hablamos siempre de una lactancia sana y bien establecida]



Vamos allá con esos beneficios principales:
Mejora de la anemia y aumento de las reservas de hierro

Enganchar al bebé al pecho nada más nacer reduce la probabilidad de que la mamá presente una hemorragia tras el parto y, además, se ayuda al útero a volver al tamaño y posición que tenía antes de estar embarazada. En el caso de tener anemia, aunque ya los médicos se encargan de darnos suplementos de hierro y nosotras nos encargamos de mantener una alimentación sana y equilibrada, también ayuda la lactancia a proteger nuestro hierro inhibiendo la ovulación (y por lo tanto la menstruación) durante varios meses. Esto es variable: hay algunas mujeres que tienen la regla desde la cuarentena a pesar de estar dando el pecho, pero por regla general no es así, y la menstruación no aparece hasta que la lactancia deja de ser exclusiva, o incluso más tarde.


Reduce la posibilidad de quedar embarazada
Como ya hemos dicho, al inhibir la ovulación, también se inhibe por completo la posibilidad de quedar de nuevo embarazada. Esto es así para que la madre tenga la dedicación y la fuerza necesaria para sacar adelante a su hijo sin verse desgastada por un nuevo embarazo; se trata de la naturaleza pura y dura y la lucha por la supervivencia de la especie: hay más probabilidades de que el bebé esté mejor cuidado si la madre no queda embarazada de nuevo.

Ojo: hemos dicho que algunas veces la mujer SÍ ovula durante la lactancia, y en este caso SÍ puede quedar embarazada, por lo que dar el pecho no quita que debamos usar un método anticonceptivo si no deseamos quedar embarazadas tan pronto. 

Pérdida de peso y recuperación de la silueta

Otro aspecto que es uno de los que más nos llama a las mujeres, es que la producción de leche supone un gasto energético importante en el cuerpo de la mamá. Mientras se mantiene la lactancia, se van consumiendo las reservas que hemos ido acumulando durante el embarazo, y de esta manera llegamos antes a recuperar nuestro peso. Aun así no os penséis que por dar el pecho en dos semanas estaréis estupendas…la pérdida de peso es progresiva, y puede tardar varios meses. Lo que es cierto es que nuestro cuerpo utiliza nuestra grasa para la producción de la leche materna.

Metabolismo del calcio optimizado (Esto no lo sabía yo. Lo encontré en un libro y es interesante).

Durante la lactancia aumenta la producción de calcio en sangre, que se utiliza para la producción de leche. Esto significa que la mamá pierde más calcio de lo normal (para dárselo al bebé), y nuestro cuerpo para combatir esta pérdida produce un aumento de la absorción de este mineral. Por lo tanto, las mujeres que dan el pecho mucho tiempo, ven disminuida la probabilidad de sufrir fracturas de cadera o de columna en la postmenopausia.

Disminución del riesgo de cáncer

Muchos estudios han demostrado que el riesgo de tener un cáncer de mama disminuye hasta en un 4.3 % por cada 12 meses de lactancia materna, a la que se sumaria un 7 % por cada nacimiento. También se ha observado una disminución del riesgo de cáncer de ovarios.

Ventajas económicas

Pues sí, esto es otra realidad: te gastas una pasta en leche artificial. Yo he comprado algún bote alguna vez y ¡madre mía! Si fuera que toman leche una vez al día…pero es que
en un año de lactancia materna te puedes ahorrar unos 885 euros. Eso es mucho dinero y se puede invertir en muchas otras cosas que necesitará tu bebé.


Tiempo y otras cuestiones
Con la lactancia materna ahorras en tiempo y preocupaciones: ¿Cuánto tardas en preparar un biberón? ¿Cuesta levantarse a media noche a prepararlo? ¿Cómo estás segura de que la leche no le quemará, o estará demasiado fría para su gusto? ¿Le estoy dando demasiada cantidad? ¿Se habrá puesto mala la leche tanto tiempo fuera de la nevera? Pues si das el pecho todas esas preguntas no existen. Sea cuando sea, estés donde estés, tu pecho fabrica la leche a la temperatura perfecta, la cantidad exacta que tu bebé necesita y además solo tardas pocos segundos en generarla.


Ventajas psicológicas

Es bien sabido que dar el pecho es beneficioso para la salud psíquica de la madre. Para empezar, la oxitocina (hormona que es segregada con la succión del bebé) disminuye la respuesta al estrés y crea las interacciones psicológicas entre la madre y el bebé. Es decir, que una lactancia satisfactoria nos ayuda a prevenir la depresión postparto y a afrontar de manera más eficaz los miedos e inseguridades de los primeros meses.

Además, que no solo se trata de alimentar. Dar el pecho es mucho más que eso. Las madres que lo hacen se sienten satisfechas porque:- Pueden dar con su propio cuerpo un alimento a su hijo
- Establecen un diálogo especial e íntimo con el bebé a base de sonrisas, miradas y caricias.
- Son la primera persona en descubrir los logros del bebé y en conocer sus deseos y su forma de ser.
- Son todo lo que el bebé necesita: alimento, calor y amor.

El vínculo de apego que se crea entre madre e hijo es maravilloso, y además fundamental para el desarrollo del bebé también a nivel social. Sus primeras miradas fijas, sus primeras sonrisas, sus primeras caricias... suceden en ese espacio de intimidad que se crea al amamantar. 


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