miércoles, 14 de noviembre de 2012

CÓMO DAR EL PECHO (PARTE I): POSTURAS

Bueno, por fin puedo escribir sobre la técnica del amamantamiento. Me encanta este capítulo, porque es precioso ver al bebé enganchadito al pecho, y porque es muy importante que la madre sepa cómo hacerlo bien para evitar grietas y dolores.

Lo primero de todo es necesario recalcar la importancia que tiene que un bebé permanezca con su mamá nada más nacer y tenga la posibilidad de engancharse al pecho a los poco minutos de nacido. Cuanto menos tiempo transcurra en darle el pecho, menos problemas de enganche habrá. Y por supuesto, es importante que si las circunstancias lo permiten, lo primero que se le ofrezca al bebé sea el pecho y no un biberón o un chupete.

Existen muchas posturas adecuadas para dar el pecho. Tú elegirás la más cómoda para ti y para tu bebé después de probarlas, así que prueba todo lo que se te ocurra; se trata de estar relajada, cómoda y sin tensiones de espalda, brazos, cuello, hombros...

Las posturas más habituales son algunas de éstas:


Sentada: Es la más habitual. Puedes usar una silla, un sofá, un sillón, una hamaca, mecedora...cualquier asiento donde estés cómoda. No es aconsejable que sea demasiado mullido, porque es necesario que tengas la espalda bien apoyada y puedas incorporarte un pelín para que el pecho caiga hacia adelante y sea más manejable para tí y para el bebé. Es más cómodo si las rodillas las tienes un poco elevadas y si usas un cojín para que no cargues en tus brazos y espalda todo el peso del bebé. Como ves en la foto, hay variantes de esta postura. La más habitual es la de "acunado": sientas al bebé en tus rodillas,  rodeas su cuello y lateral de su cuerpo con el mismo brazo del pecho que ofreces, y reclinas al bebé lo justo para que llegue al pecho. Es importante que el bebé esté enfrentado a tí. Es decir, que su ombligo esté mirando al tuyo (aunque no coincidan en altura). Se trata de evitar que el bebé tenga que forzar el cuello: si su cuerpecito mira hacia arriba, tendrá que girar la cabeza para buscar el pecho. Si lo enfrentas un poco hacia tí, estará mucho más cómodo. Esta postura la puedes mantener en cualquier lugar, y si te haces con ella te garantizas poder salir a cualquier sitio y dar el pecho sin problemas. En esta postura es corriente tensar los hombros, encorvar demasiado la espalda y mantener el cuello muy encogido para vigilar la boquita del bebé. Todo ello se transforma en una gran contractura muy molesta. Intenta RELAJARTE una vez tu bebé se ha enganchado, relaja los músculos, respira tranquila y eleva un poco la barbilla para dejar descansar el cuello y la espalda. Acuérdate de poner un cojín bajo el cuerpo del bebé para que no tengas que estar elevando su cuerpo con los brazos, aunque 3 kilos parece poco peso te vas a sorprender de lo incómoda que puedes llegar a estar si tu bebé es de los que se pasa 30-45 minutos en un pecho. Así que ponte muy cómoda, que es muy importante. Si no lo estás, busca otra posición antes de ofrecer el pecho de nuevo. 

"Acunado cruzado": en esta postura el bebé se sitúa de igual manera que en la anterior, pero la madre, en lugar de sujetarlo con el mismo brazo que el pecho ofrecido, lo hace con el contrario mientras tiene esa mano para controlar el amamantamiento. Para esta postura es fundamental el cojín debajo del bebé, y que todo su peso lo sostenga el mismo, porque con el brazo contrario no vas a aguantar ni 3 segundos el peso de tu hijo. Bajo mi punto de vista no es una postura muy cómoda ni eficaz, se controla mejor el pecho con la mano contraria. 


"Pelota de fútbol": para adoptar ésta postura tienes que buscar un lugar amplio sin reposa brazos,  preferiblemente un sofá o una cama. Te sientas cómoda, pones un cojín donde irá el bebé para que esté más elevado y llegue sin problemas al pecho, y lo acomodas de tal manera que el enganche al seno se dé correctamente. Esta postura puede serte útil, por ejemplo, cuando has tenido una cesárea y la postura tradicional te provoca mucha presión en la zona de las grapas. De esta manera evitas poner el peso del bebé sobre tu vientre. También es una postura cómoda para cuando los pechos son muy grandes, o cuando se ha tenido gemelos o mellizos. 

Otra variante de la postura sentada, es la de "a horcajadas", sobre una de tus piernas, como se ve en el dibujo.Te sientas con la espalda recta, colocas a tu bebé sentado a horcajadas en la pierna que corresponde al pecho que vas a ofrecerle, y con un brazo le sostienes la nuca para que la cabeza se mantenga recta. Con el otro brazo puedes ayudarte a sostenerlo y corregir postura de su boca si fuera necesario. No me parece tan cómoda como las anteriores para el bebé, pero yo la usé con Jazmín cuando tuve grietas, y además puedes llegar a necesitarla si tienes alguna mastitis o ingurgitación. (Ya explicaré el motivo cuando hable de ésto en otra entrada). 




Tumbada: Una postura que para mí ha sido de las más cómodas cuando estás en casa es aquella en la que la madre está tumbada sobre uno de sus costados. Para esto te vas a la cama o al sofá, te tumbas cómodamente sobre el lado del pecho que vayas a ofrecer primero, y colocas al bebé a tu lado, completamente enfrentado a tí. La altura ideal es aquella en que su nariz queda a la altura de tu pezón, y tu brazo puede rodear su cabeza y espalda sin problemas. Esta postura te permite relajar más la espalda y el cuello, puedes probar a ponerte un cojín o almohada debajo de la cabeza para visualizar mejor el agarre del bebé y estar más cómoda. Además el bebé se relaja mucho en esta posición y si llegara a dormirse, no tienes que moverlo, solo te escabulles suavemente de su lado y lo dejas dormir un rato más. Esta postura forma parte del colecho, pero también puedes adoptarla en cualquier toma diurna que hagas en casa. Tiene muchas ventajas. Al principio para cambiar de pecho, igual tienes que pasar por encima del bebé y cambiar de lado, pero con la práctica sólo con girar levemente tu cuerpo (como si quisieras ponerte boca abajo) el bebé llegará perfectamente a tomar del otro pecho. Me parece maravillosa esta postura porque os podéis dormir los dos mientras el bebé mama, y las noches (si decides hacer colecho) se hacen mucho más llevaderas.



Después cuando tu bebé ya es más mayor y coge sus propias costumbres te puede sorprender con posturas muy graciosas cada día. Y eso se disfruta mucho también, van creciendo y van haciendo del amamantamiento un acople perfecto entre su cuerpo y el tuyo. ¿No es maravilloso?
Violeta 7 meses y medio



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